viernes, 28 de marzo de 2008

Cálculo social

Leibniz será uno de los primeros investigadores en construir máquinas de calcular, en acercarse un poco más a la propia velocidad. Esas máquinas desplegaban botones y ruedas, de manera que la relación con el cálculo se simplificaba mucho. Pero aparte de los matemáticos, ¿a quién simplificaba el trabajo también?


Máquina de calcular de Leibniz, 1694

En 1649, Blais Pascal construye la primera calculadora mecánica para facilitar el trabajo de su padre, recaudador estatal de impuestos.


Máquina de calcular de Pascal, 1649

Hermann Hollerith, funcionario de la Oficina de Censos de los EEUU, recibe el encargo de diseñar en 1890 una máquina que pueda reducir el tiempo de clasificación de datos fiscales y de censo. Los datos del censo realizado en 1880 tardaron 9 años en ser compilados. La "Tabuladora" de Hollerith lo llevó a cabo en 2 años y medio, y utilizó 56.000.000 de tarjetas perforadas. Y a modo de broma histórica, años más tarde, encontramos a Einstein trabajando de empleado en la Oficina de Patentes de Berna, mientras elaboraba los principios fundamentales de la física moderna.


Tabuladora de Hermann Hollerith, 1890

La evolución de técnicas fiables de registro y archivación ha respondido casi siempre a necesidades institucionales específicas: el padrón, el censo, el seguimiento fiscal, las oficinas de pasaportes, el establecimiento de redes seguras de información reservada tanto política, policial como militar; el análisis de ciclos periódicos, ya sean naturales o macroeconómicos (con sus complicadas variables); pero sobre todo, ha sido la necesidad científica la que ha impuesto el modelo técnico que actualmente impera, dado que ella estaba al servicio de su comprobación; era de alguna forma su garante.

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