Se me ocurre que no hay nada mejor para empezar que recordar al viejo Galileo, obcecado en plasmar sobre papel lo que observaba en las estrellas cada noche a través de su telescopio. La obsesión de Galileo no era meramente la del artista renacentista que trabaja la perspectiva y la óptica para interpretar lo natural: lo que él persigue es encontrar un sistema para interpretar lo distinto.
jueves, 27 de marzo de 2008
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