viernes, 28 de marzo de 2008

Kepler

Es con la aparición de la tecnología barroca que los problemas de apariencia se hacen fundamentales cuando nos preguntamos por nuestra percepción del mundo. Kepler, siguiendo a Galileo, se cuestionó hasta qué punto la visión que tenemos de las estrellas no está contaminada por nuestra propia posición en el espacio. Así llegó a la teoría del paralaje. El paralaje es el desplazamiento aparente de un objeto observado debido al cambio en la posición del observador. La percepción del mundo “depende” del punto de vista y del movimiento de las cosas. Todo se hace relativo. Ya no existe un solo mundo, sino que estoy yo y después un mundo cambiante (elipse). Vivo solo y debo crear un espacio (tangencial) en el que figurarme cómo ese mundo va cambiando: un espacio-interfaz.

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